Esta historia trata sobre un
joven que vivía solo en el campo. Un día
de invierno estaba paseando cuando escuchó un ruido extraño. Quien lo producía resultó ser una grulla que había
sido herida con una flecha. El joven
decidió ayudarla y le extrajo la flecha con mucho cuidado, tras lo cual la grulla pudo mover el
ala y remontar el vuelo.
Aquella noche alguien llamó a su puerta. Cuando la
abrió ante él había una hermosa joven
que había perdido su rumbo con la nieve y no sabía cómo regresar. El joven le permitió quedarse a
descansar esa noche. Cuando se quiso dar
cuenta, la joven llevaba ya un par de días viviendo con él. Era tan dulce que no pudo evitar
enamorarse de ella y le pidió casarse, a
lo que ella aceptó.
La vida era muy dura y eran
muy pobres, pero aun así eran felices;
pero llegó de nuevo el invierno y se
vieron sin dinero ni comida. Entonces la mujer tuvo la idea de hacer un tejido para venderlo y su marido le construyó
un telar en una pequeña habitación.
Una vez terminado, la mujer le
pidió que por nada del mundo entrase
mientras ella estaba trabajando, a lo que su marido accedió. Tres días y tres noches estuvo
trabajando sin descanso, y cuando salió
de la habitación estaba completamente extenuada. Aun así había conseguido tejer una tela maravillosa,
por la cual les dieron bastante dinero.
Con esto pudieron aguantar un
tiempo, pero cuando se les acabó todavía
seguía siendo invierno. La mujer empezó a tejer
entonces otra tela, pidiéndole igual que la vez anterior que no
entrase mientras trabajaba. Esta vez no
fueron tres, sino cuatro días los que la
mujer estuvo trabajando. Al terminar estaba casi muerta, pero la
tela que había hecho sobrepasaba con
creces a la anterior. Con el dinero que
obtuvieron al venderla podrían vivir con comodidad durante dos
inviernos, pero desafortunadamente el
joven sucumbió a la codicia.
El deseo de ser rico unido a la intriga de cómo podía
hacer esos tejidos si no habían comprado
hilo impulsaron al joven a pedirle a su esposa que tejiese de nuevo. Ella al principio no estaba
conforme porque tenían dinero de sobra,
pero el joven consiguió convencerla. Como siempre le hizo prometer que no entrase en la habitación
y volvió a encerrarse.
Esta vez el joven no pudo evitar la curiosidad y
abrió un poco la puerta para ver como lo
hacía; pero se llevó un susto tremendo al ver a un pájaro frente al telar, arrancándose las
plumas y usándolas sobre el tejido. La
impresión fue tan grande que no pudo evitar soltar un grito y el pájaro le escuchó. Acto seguido el ave se
transformó en su esposa y le explicó lo
que sucedía. Ella era la grulla a la que había ayudado hacía ya tiempo. Para agradecerle ese gesto
había decidido ayudarle y por eso se
había transformado en humana. Pero al haber roto su promesa y haber descubierto su verdadera identidad
estaba obligada a abandonarle.
Al escuchar esto el joven rectificó y le suplicó
que se quedase, que el dinero no le
importaba si no podía estar con ella; pero era demasiado tarde. La grulla salió por la ventana y jamás
la volvió a ver.
4 comentarios:
Una leyenda muy romántica... hasta que como siempre, el hombre rompe el hechizo.
No obstante, como realmente la mujer no es una grulla,... ha seguido y seguirá tejiendo por placer, aunque claro, no se deja la piel ni el pelo en el tejido: deja su arte y creatividad, pero sobre todo, deja que el tapiz vaya tejiendo sus sueños, su vida, sus ilusiones, de manera que telar, tapiz y tejedora se van tejiendo entre sí para ser una misma cosa.
Es por eso que el tejido no tiene precio, servirá para más de dos inviernos, servirá para recrear la vista de quien sepa admirarlo y servirá a la tejedora para gustar el placer de la obra bien hecha.
Amigas tejedoras, no sabéis la alegría de volver a ver el blog. La historia y el desarrollo del tejido a lo largo de los tiempos es algo imprescindible para entender las culturas. Me alegro de vuestro regreso y de poder leer historias tan hermosas como esta de hoy. Un acierto.Mentxu.
Amigas tejedoras, no sabéis la alegría de volver a ver el blog. La historia y el desarrollo del tejido a lo largo de los tiempos es algo imprescindible para entender las culturas. Me alegro de vuestro regreso y de poder leer historias tan hermosas como esta de hoy. Un acierto.Mentxu.
Muchas gracia, Mentxu por tu comentario y por la "larga espera" Seguiremos tejiendo con la ilusión de compartir nuestro amor por este arte de pintar con hilos. Un abrazo.
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