HISTORIA DE UN TAPIZ : EL NEMOROSO
Acababa febrero cuando empecé el segundo tronco. Para ser más fiel a Dérain lo dividí en trozos horizontales de colores pero, siguiendo la sugerencia de Aracné, me atreví a meter una cuña verde pistacho en su base para dar movimiento. Otra vez el cielo y el mar se adivinaban al fondo, entre las copas.
En algunas culturas se utiliza el mismo vocablo para la acción de cortar los hilos de la urdimbre que para la de cortar el cordón umbilical: parir, tejer, crear ¿es lo mismo? Como el parto, este es un momento cumbre cargado de ambivalencias: el lugar “natural” de la obra es el telar y surge la tentación de dejarlo ahí para siempre, pero el tapiz clama por liberarse de su matriz y hay que cortar los hilos que lo han creado. Nosotras lo vivimos con intensidad, brindamos en cada parto con un vino dulce y hacemos fotos.
...y llegó marzo, y acabé el tronco, y tras él me esperaba un lobo escondidoi que se asomó de repente y me dió un susto de muerte. El día que llegué al taller después de hacerme una mamografía, mientras las chicas hablaban y reían yo me andaba por las ramas haciendo y deshaciendo porque en realidad ya no estaba en el bosque.
3 comentarios:
Es posible que no te sintieras segura, tu lo dices, pero el tapiz según avanza está lleno de fuerza y no sólo en el color. Se ve potente y orgulloso en la urdimbre.
Desde luego el cortar ésta tiene que tener mucho significado. Se corta lo que has creado con tu esfuerzo, lo dejas partir y eso tiene que ser un gozo y a la vez se tiene que sentir un poco de nostalgia. Queda menos de tu historia. Yo espero con ansiedad el fin del relato y el momento en que la dejes "volar".
Me alegro de que os guste el proceso de hacer el tapiz. Mi intención es comunicar mi experiencia en el telar, que está entretejida también a mi vida, en los momentos buenos y en los no tan buenos y, a la vez haceros partícipes del ambiente del taller, que es tan importante como el trabajo individual. Gracias por seguirnos y animarnos.
Publicar un comentario